¿Implica el «hasta que» en Mateo 1:25 que María tuvo relaciones sexuales?

El texto de Mateo 1:25 es especialmente controversial para los católicos cuando nos proponemos defender la perpetua virginidad (desde ahora VP) de María. Muchos pensarían que los textos más utilizados para atacar este dogma mariano son aquellos que hablan de los hermanos de Jesús (Mt. 13:55; Mc. 6:3), pero no es así. 

En mi experiencia haciendo apologética, regularmente el texto primordial utilizado contra la VP es Mateo 1:25: «pero no la conoció hasta que [Gr. ἕως οὗ] dio a luz un hijo». La atención se enfoca totalmente en la construcción «heos hou», y se dice que dicha construcción en el usus loquendi (es decir, en el uso común) de las Escrituras se utiliza para implicar un cambio de estado. 

Muchos apologistas católicos han respondido a este argumento diciendo que la conjunción «hasta» no siempre implica dicho cambio. Se pone de ejemplo a Mical, hija de Saúl, de quien se dice que no tuvo hijos «hasta» su muerte (2 Samuel 6:23). Pero el problema que encuentro en esta réplica es que pierde de vista el argumento original. Los objetores por lo regular no dicen que es la conjunción «hasta» (Gr. heos) la que implica un cambio de estado, sino la construcción «hasta que» (Gr. heos hou). Aunque no lo crean, hay una diferencia. 

Los eruditos en griego Henry Liddel y Robert Scott definen «heos» como una  «partícula que expresa el punto del tiempo hasta el que llega una acción, con referencia al final de la acción»1. En otras palabras, «heos» es una conjunción temporal, y estas responden a la pregunta: ¿hasta cuándo sucede la acción? Esta definición es la que indirectamente usan muchos católicos en sus contraejemplos para el argumento protestante, pero, de nuevo, no es lo que los protestantes quieren decir. A diferencia de «heos», «heos hou» termina expresando, en la mayoría de los casos de la literatura griega antigua, algo un tanto diferente. 

Cuando encontramos la construcción «heos hou» en el nuevo testamento, casi siempre implica un cambio de estado en la acción de la cláusula principal (Mt. 17:9; Mt.18:34; Lc. 13:21; etc.). Al parecer la partícula «hou» es lo que da esa implicación a la conjunción «heos», y es algo en lo que casi todos los eruditos del griego del Nuevo Testamento concuerdan. Por ello creo que los protestantes tienen un buen punto aquí. ¿Cómo lidiamos con ello? 

En primer lugar debemos recordar que existen las excepciones a la regla. Si bien generalmente dicha construcción se utiliza para implicar un cambio de estado, hay ocasiones en las que no es así. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, en el libro de Daniel, aparecen dos textos en los que «heos hou» no indica un cambio de estado: 

Seguías mirando hasta que [heos hou] una piedra se desprendió sin intervención de mano alguna, golpeó la estatua sobre los pies de hierro y de barro, y los hizo pedazos (2:34).

La estaba mirando, cuando [heos hou] le arrancaron las alas; fue alzada del suelo y se levantó sobre sus pies como un hombre, y le dieron corazón humano (7:4).

En el primer texto, el rey no dejó de ver la estatua del sueño de Daniel cuando a esta se le desprendió una piedra. No parece haber una razón para pensar que el rey se voltearía a otro lado una vez esto sucediera. Y en el segundo pasaje Daniel tampoco deja de ver a la primera bestia cuando le arrancaron las alas, pues seguidamente menciona lo que posteriormente sucedió con ella. 

Otro ejemplo de que «heos hou» no implica un cambio de estado, lo encontramos en el Nuevo Testamento, en Hechos 25:21. El texto dice: 

Pero como Pablo apeló para que su causa sea reservada a la decisión del César, mandé custodiarlo hasta que [heos hou] lo pueda enviar al César.

En este pasaje, la acción de la cláusula principal es la custodia de Pablo. Si es verdad que «heos hou» implica siempre un cambio de estado, significa que la custodia de Pablo debió terminar una vez fuera enviado al César. Sin embargo, vemos que Pablo fue custodiado antes, mientras (Hch. 27:1) y después (Hch. 28:16) de ser enviado al César. 

Pero eso no es todo, también contamos con otros escritos entre el año 100 a.C. y 100 d.C., próximos a cuando fue escrito San Mateo, que nos dan testimonios similares a los que hemos visto donde «heos hou» no cambia la acción de la cláusula principal. Uno de ellos es el apócrifo de 4 Macabeos 7:1-3, en el cual se lee: 

Porque como diestro piloto, la razón de nuestro padre Eleazar dirigió la nave de la religión sobre el mar de las emociones, y aunque azotada por los embates del tirano y abrumada por las poderosas olas de los suplicios, de ninguna manera hizo girar el timón de la religión hasta que [heos hou] navegó hacia el puerto de la victoria inmortal.2

El texto afirma que Eleazar se mantuvo firme en su religión hasta que fue victorioso. Sería insensato pensar que una vez Dios le otorgó la victoria, éste le abandonó y aun así siguió siendo venerado por los judíos que leen 4 de Macabeos como una obra edificante. Además, todo el libro sugiere que Eleazar siempre fue un hombre de virtudes. 

También contamos con un ejemplo similar. En una obra titulada «José y Aseneth», escrita también entre el período 100 a.C. y 100 d.C. (aunque otros la fechan entre 200 a.C. y 200 d.C.), aparece esta construcción sin implicar un cambio de estado en la acción de la cláusula principal. Leemos:

Y Aseneth se quedó sola con las siete vírgenes, y ella siguió agobiada y llorando hasta que [heos hou] se puso el sol. Y no comió pan ni bebió agua. Y cayó la noche, y todas las personas en la casa durmieron, y ella sola estaba despierta y continuaba cavilando y llorando; y muchas veces se golpeaba el pecho con (su) mano y seguía estando llena de gran temor y temblaba con fuerte temblor.3

Aquí es más que claro que el llanto de Aseneth continuó aun después de que se puso el sol.
Estos dos textos que acabamos de ver son especialmente importantes para aquellos que están familiarizados con el trabajo del apologista Eric Svendsen, un anticatólico estadounidense que pone un estándar arbitrario en el que se debe discutir la implicación del «heos hou» solo en el período de tiempo del 100 a.C. al 100 d.C.4

Entonces, ya tenemos claro que tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento y en al menos una obra extratestamentaria del siglo I o II d.C., «heos hou» no implica un cambio de estado. De por sí, esto no es suficiente para afirmar que en Mateo 1:25 también existe esta excepción. Recordemos que una regla hermenéutica importante al analizar el uso lingüístico de las palabras, es apegarnos principalmente al usus loquendi del autor. 

Aquí puedo concederle a los protestantes que el «heos hou» es aplicado en el 99 % de los casos, en el Evangelio de Mateo, para hablar de un cambio de estado. ¿Por qué creeríamos, entonces, que Mateo haría una excepción justo en el relato del primer capítulo? 

Para empezar, recordemos que las excepciones pueden existir independientemente de cuán frecuente sea el uso de una palabra en el texto de un autor. Ejemplo de ello es el mismo libro de Daniel, al cual citamos. En esta obra, seis de las ocho ocasiones en que «heos hou» es utilizado, se usa para indicar un cambio de estado, y en las otras dos el cambio de estado no se da. La pregunta que nos hacemos respecto a Mateo nos la podríamos hacer también respecto a Daniel, ¿por qué Daniel [sus traductores] haría una excepción justo en dos pasajes de los ocho en que usa esta construcción? 

Ahora que tenemos claro que las excepciones también pueden existir dentro de lo que escribe un mismo autor toca preguntarnos: ¿cómo sabemos que hay una excepción en Mateo 1:25? En el libro de Daniel lo inferimos por el contexto inmediato o por las implicaciones más razonables al respecto; pero en Mateo no tenemos un contexto inmediato que nos diga que María tuvo relaciones con San José; pero, ¿habrá entonces una explicación plausible que nos diga qué significado tiene el «heos hou» en este pasaje? 

Tengo la idea de que lo que el autor plasma en un escrito está condicionado por su situación. Como han dicho muchos hermeneutas, «en exégesis la gramática es una gran ayuda que merece respeto, pero no tiene la palabra final»5. Además de la gramática del texto, debemos analizar el contexto en el que se encontraba el autor: su audiencia, su cultura, su propósito al redactar el texto, etc. Y creo que esto es clave para saber si Mateo haría o no una excepción con el «heos hou» en este pasaje. 

Muchos piensan que el propósito de los evangelios es únicamente transmitir la vida de Cristo de forma escrita. Aunque es cierto que ese es el principal propósito, cada evangelio fue escrito para audiencias diferentes y en circunstancias diferentes. Históricamente, un gran consenso de eruditos están de acuerdo que el evangelio de Mateo fue escrito con fines apologéticos para una audiencia cristiana convertida del judaísmo. El evangelio parece estar dominado por las preocupaciones judías, cosa que vemos desde el capítulo uno (es de vital importancia tener esto presente porque será lo que configure nuestra interpretación de Mateo 1:25). En el primer capítulo, Mateo está enfocado en demostrar 1) la genealogía de Cristo de modo que se vincule al reinado davídico y 2) su nacimiento milagroso virginal que cumpliría la profecía de Isaías 7:14. 

La interpretación que los objetores de la VP dan a Mateo 1:25 escapa de las fronteras de los propósitos de Mateo. Mateo únicamente quiere demostrar el nacimiento virginal de Jesús, no tiene intenciones de decir lo que pasó después con la vida de la Virgen. Tal como mencionan los teólogos Curtis Mitch y Edward Sri: 

La preocupación de Mateo es subrayar la falta de participación de José en el embarazo de María y reforzar así el carácter milagroso de la concepción de Jesús por el Espíritu Santo. Como tal, este versículo no confirma ni contradice la doctrina católica de la virginidad perpetua de María.6

En efecto, no se puede extraer de este texto que María continuó siendo virgen después del parto, pero tampoco que dejó de serlo. Sería extraño que Mateo le transmitiera esto a su audiencia, ¿cómo reforzaría eso la tesis de que Cristo nació de una virgen, que su generación fue sobrenatural? Simplemente es algo que no viene al caso para los propósitos de Mateo. 

Considerando el propósito y la audiencia del evangelio de Mateo, podemos decir que el «heos hou» en este pasaje constituye una «excepción a la regla», por el simple hecho de que haría incoherente el por qué tal evento en la vida de María estaría plasmado ahí. 

Hemos visto que es plausible pensar en estas excepciones, y lo hemos demostrado apelando a evidencias externas a Mateo; por lo que no es irrazonable pensar que aquí también podría existir esa excepción.

Referencias. 

  1. Liddel, H. & Scott, R. (1996). A Greek-English Lexicon. USA: Oxford University Press. p. 751. 
  2. Puede leer esta obra en el siguiente link: https://www.biblegateway.com/passage/?search=4+Maccabees+7&version=NRSV 
  3. Charlestworth, J. (1985). The Old Testament Pseudopigrapha. Vol. 2. USA: Doubleday and Company. p. 215.
  4. Esto lo puede encontrar en su obra Who is my Mohter?, publicada en 2007.
  5. Marinez, J. (1984). Hermenéutica bíblica. España: CLIE. p. 144.
  6. Mitch, C. & Sri, E. (2010). Catholic Commentary of Sacred Scripture: The Gospel of Matthew. USA: Baker Academic. p. 47. 

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